Retoman vigilancia por cuarto año consecutivo
Recientemente zarpó desde el Puerto de San Felipe, Baja California, el Buque Narval del Museo de la Ballena y Ciencias del Mar, con sus siete tripulantes, para patrullar por cuarto año consecutivo en el Alto Golfo de California, en la zona de refugio de la vaquita marina, actividad que tuvieron que suspender desde marzo por la pandemia de Covid-19.
Enoch Rizo, gerente de Operaciones del Buque Narval, reconoció que ante el inicio de la temporada de camarón en septiembre, va a haber mucha actividad en el Alto Golfo de California, por lo que se centrarán en vigilar el “área de cero tolerancia”, delimitada con cuatro boyas, que es como la cuarta parte del polígono de protección, donde se concentran los avistamientos de los últimos años del mamífero marino en mayor peligro del mundo.
“Viene primero la temporada de camarón y aquí el mar se llena de embarcaciones, nuestro objetivo es nada más tratar de cuidar la zona de cero tolerancia; ya cuestiones de patrullaje y detenciones, pues la Secretaría de Marina se encargará”, señaló.
Enoch Rizo dijo que continuarán con la recuperación de “redes fantasma”, que son colocadas por pescadores furtivos para capturar Totoaba, pero que también atrapa vaquitas y demás especies marinas que habitan en el Golfo de California.
Además de que estarán atentos por si existe la posibilidad de obtener la muestra de un ejemplar de macho de vaquita marina, con el fin de completar la colección depositada en el Frozen Zoo de San Diego, para que en un futuro se pueda intentar la clonación de la especie.
“Aquí normalmente traemos las flechas y la ballesta, en la cual se pone un aditamento en la punta, para tomar una pequeña biopsia del animal, y de ahí poder sacar los cromosomas. No es algo fácil, para empezar, es muy complicado ver vaquitas, identificarlas, acercarse y tomar una muestra, es bastante difícil, pero vamos a seguir en la lucha”, manifestó.
El gerente de Operaciones del Buque Narval agregó que cuentan con estrictos protocolos sanitarios para evitar contagios de Covid-19 a bordo, como el uso de tapetes sanitizantes, gel antibacterial y cubrebocas.
“Vamos a tratar en lo posible de no subir a bordo a gente ajena a la tripulación, pero nos tienen que acompañar inspectores y elementos de la infantería de Marina, que son los que nos prestan seguridad, en este caso tenemos nuestro gel antibacterial, nuestro atomizador con desinfectante; al subir las personas vamos a hacer una desinfectada rápida, como en cualquier tienda a donde llegas, que te echan el spray, el gel y te revisan la temperatura para seguridad de la tripulación”, indicó.