A tan sólo unos días de San Valentín y he escuchado a algunas almas aterradas y entristecidas porque no saben que regalar.
Los hombres por lo regular se van por lo seguro, guiados por algunas películas o los pasillos de las tiendas departamentales: flores (indiscutibles y omnipresentes), chocolates, vino, una cena en algún restaurante, peluches, globos, los más osados cumplen sus fantasías escapándose a algún motel y/o regalando lencería. Todo en rojo, negro, rosa, con la necesaria forma de corazón y frases cursis y remasticadas tipo Hallmark.
Sin embargo, son más las mujeres quienes sufren por esa sequía de ideas. En su cabeza dan vueltas anillos, pulseras, collares, fuegos artificiales; tríos, mariachis o algún un guitarrista o violinista, limusinas, vestidos vaporosos, escapadas románticas, si se puede una lluvia de estrellas, pero en estos casos, la cartera es el límite.
No les voy a decir que dejen de ver películas de comedia rosa o de esas que deberían de venir con una caja de kleenex y una advertencia sobre la intensa sorbedera de mocos, (aunque sería lo más recomendable), si no que hay que relajarnos y buscar otras opciones. Se trata de festejar, no de que nos salga una úlcera.
Entonces ¿qué regalar y qué hacer? Bueno, aparte de lo ofrecido en los anaqueles y promociones de facebook de restaurantes, hoteles y demás, se me ocurrieron algunas ideas.
Regala un libro
No importa que no sea una persona muy afecta a la lectura, hay libros para todos los gustos; aquella novela cuyo protagonista se basaron sus padres para ponerle su nombre o esa que te encantó y que te gustaría que leyese para platicarla; ese cuento que le fascinaba de pequeño(a), algún libro de escritores sonorenses (o de la región donde vivan) les sorprenderá la variedad de temas que hay y como los abarcan. Un libro de cuentos de terror o de poemas románticos, eróticos o gore; uno de fotografía. No recomendaría alguno de manualidades o de superación personal porque no creo que sea la ocasión, pero si eso les llama adelante.
Incluso puede ser uno que tú mismo(a) hayas hecho, contando historias, o donde transferiste los mensajes, emails, posteos mas relevantes del tiempo que llevan juntos y en internet buscan algún tutorial de cómo empastar o cocer tu propio libro. (Es muy cursi, yo lo sé, pero habrá gente a la que no le desagrade la idea)
Ahora, después de que desenvuelvan el regalo, viene la parte divertida: Se van a algún lado de naturaleza tranquila y se sientan juntos a leerlo.
Haz un picnic
Aquí en Puerto Peñasco la tenemos muy fácil: nos vamos a la playa. Escoges un mantelito, una colchoneta o unos tapetes de yoga (ahora ya todo mundo tiene al menos uno), algunas botanas, dips con galletas, un vino (hay varios muy buenos y baratos), unas buenas bocinas y una pre selección de música.
También pueden complementar con unas antorchitas, unas velas o una fogata con todo y bombones, y transformar ese picnic en campamento.
Les recomiendo bajar a su celular la app skymap, llevar unas frazadas y disfrutar el cielo, ahora si que cobijados bajo la luz de la luna por que justo el catorce será luna llena.
Otra opción es que saquen la bici, ahora que está de moda y váyanse pedaleando a ese lugar que les gusta.
Luzcan sus dones culinarios
Mejor que ir a un restaurante, preparen algo rico de 
cenar juntos, adornen el lugar con velas o lámparas a media luz, pongan música, brinden, beban juntos mientras colaboran en la cocina y cuando esté lista la comida, en vez de cirse a sentar muy formales en el comedor, háganlo en la sala, en la terraza, en el balcón, en el cuarto o frente a la tv y vean una película. Ya si se quieren poner sexys, bueno solo diré que el chocolate y la lencería sorpresa siempre es buena opción.
Saquen la cámara
Por que ya basta con las fotos instagrameras y los selfies facebookeros. Pueden regalarse una sesión de fotos profesional (con la garantía de que las fotos van a quedar bien chulas y salen ambos en ellas) o pueden tomar cada uno sus cámaras, dedicarse a buscar locaciones y experimentar con ellas. Déjense llevar, vayan por un helado, jueguen al fotógrafo y modelo de revista; primero él, luego ella;
Si pueden saquen su lado aventurero y escápense a algún lugar nuevo, alguna otra población que les parezca simpática sin que sea inaccesible o muy cara. Caminen por las calles admiren la naturaleza y sus alrededores, inventen historias, pregunten por las zonas de acampado (si es que hay) y después hagan un álbum. Digital o impreso, su decisión.
Aprovechen el mar
La naturaleza del mar es puramente romántica y júrenlo que en esta época va a haber bastantes promociones de viajes para para la puesta de sol.
En todo caso de que por alguna razón no se pueda, entonces tienen todo el fin de semana para sacar los kayaks (o pedir unos prestados) y remar a algún estero, o sacar las lanchitas, las cámaras de llantas y dejarse flotar en el vaiven de las olas. Pueden usar una cuerda larga y una estaca para hacer algo parecido a una isla, yo que sé, usen su imaginación y chequen el calendario de mareas.
La música siempre es bien recibida
Obvio que puedes regalarle una tarjeta de Itunes y que baje las canciones que le gustan pero ¿qué chiste tiene? Mejor investiga que grupos musicales, rondallas, trios y músicos hay, o si tienes algún amigo que sepa, como quien dice, rascarle a la guitara, contáctalos y dale una buena serenata. N
o importa que seas hombre o mujer.
La otra es pararse afuera de una ventana con una grabadora (en este caso, tal vez bocinas) en las manos como John Cusak en la película ochentera “Say Anything” .
La cosa es que ya estando afuera después de la sorpresa musical, vas a tener que idear algo para después (con más razón si despiertas a la persona).
Que te encuentre
Una vez a un amigo se le ocurrió “jugar a las escondidas” versión rally. El se dedicó todo un día en hacer pistas y ponerlas en diferentes lugares, haciendo pasar a la susodicha por entre dos fiestas (de amigos),una cafetería, dos bares, hasta que llegó con él a departamento que le prestaron alumbrado con velitas.
No puedes negar que la idea es muy interesante y puede ser aplicable a que te encuentre en cualquier lado, las pistas pueden ser desde que haga algunas cosas (si tus amigos cooperan) o que con las respuestas la vayas guiando hasta el lugar planeado.
Mi amigo lo hizo, sabiendo que ella era celosa y curiosa, haciéndole creer que se había ido con otra individua a pasar el día de San Valentín, y yo la verdad no recomiendo ese método, porque me contó que cuando lo vio, lejos de alegrarse, casi le arranca la cabeza de una mordida y buscó a una fulana inexistente por todo el lugar.
Si se preguntan, el asunto terminó bien ya que se le bajó el enojo, pero según dice fueron los minutos más estresantes de su vida, si no fuera porque todo el show fue para pedirle que se casara con él
¿es? De seguro ya se te han de haber ocurrido algunas ideas más, o tal vez crees que es mucho trabajo, pero ¿qué es el amor si no algo de esfuerzo?
Lo bueno es que este año tienes todo un fin de semana para festejarlo.