By Shandra Keesecker-Rivero
“Yes, I have been a story teller my entire life and always knew I would begin writing at 60,” replied writer William C. Gordon as he signed each of the three mystery novels I had just bought following his recent presentation at La Cava music bar. His dark brimmed hat, with an air of part private eye and part Indiana Jones, gave way to twinkling eyes and a curious smile when speaking of how he is often referred to as “Willy who?” as he is married to the renowned Chilean author Isabel Allende. Yet, he clarifies, he is not a writer because of her but rather the time had come for him to begin to write following a career as a lawyer in CA who worked with marginal and unrepresented members of society, including migrant workers and undocumented immigrants.
Gordon’s background is a story in and of itself as his father, who was originally from a gold mining town in Australia, embarked on adventures in the early 1900s that eventually led him to the US where he became a writer, painter, and created his own religion called “The Infinite Plan.” The title, The Infinite Plan, has been recaptured in Isabel Allende’s own book of the same name, which is very much a retelling of “Willy’s” life from wandering the American West with his preacher father to settling into a Mexican ghetto in East LA following his father’s death when Gordon was only 6. In East LA, Willy explains, he learned two important skills: “run fast, and learn Spanish.” It is worth noting that in 1920 Gordon’s mother, Ana, was the first woman and the valedictorian of what is now the School of Pharmacy at Drexel University. Following studies in English Literature at Berkeley, along with a deep rooted appreciation for Hispanic Literature, Gordon spent some time in the Army before hitting the adventure trail himself, hitchhiking around the world for a year and sleeping in cemeteries “as it was the safest (and cheapest) place to sleep.”
Somehow, Gordon’s travels, writing, and journeys brought him to Puerto Peñasco on a cool November night where a smattering of people had gathered within the bohemian confines of La Cava music bar atop Whale Hill to hear him speak about his novels: The Chinese Jars, King of the Bottom, and The Ugly Dwarf – all mystery detective novels following the exploits of protagonist Samuel Hamilton in the 1960s. “I chose the time before computers or cell phones… …when there were old fashioned detectives going out to do field work,” he emphasized, switching easily between Spanish and English throughout the presentation. Two more novels, Fractured Lives and The Halls of Power are currently in the works, the former set to come out in 2013.
Gordon’s books are available in 10 languages and though he writes in English, his first Samuel Hamilton mystery was initially published in Spanish through an editorial group in Spain. Curiously, as can happen when terms are lost in translation, some parts of the translations are not as “raunchy” as Gordon would have them be.
One of the most interesting points of Gordon’s depiction of his novels is how the characters have evolved. Some, such as Melba the bar owner in San Francisco in The Chinese Jars, come from real life and he notes, “I didn’t change a hair on Melba.” Others stem from off-chance encounters, in seeing people, including a gondola guide in Venice with a drooping eyebrow who was later transformed through Gordon’s pages into a police official. Most striking is the image of the dwarf, which Gordon kept coming back to in explaining his first real novel, Flawed, that included the character of an oversexed dwarf. Upon reading it, his wife Isabel advised against the story and it became his trunk book, or rather “I was told to open the trunk in my bedroom, put the book in it, close the trunk, and leave it there” (excerpt from WilliamCGordon.com). However, in some manner the dwarf came to be a representation of his father and Gordon explains, “I had to write it, and get it out of my system.”
As the evening drew to a close, echoes of banda music wafted up from the malecón and the beat of reggae and rock came streaming in from the restaurant below. Gordon concluded with advice to anyone looking to embark on the path of writing:
“Live! When you have lived enough, write about it!”
The man of detective mysteries portraying worlds and characters of the 1960s, from San Francisco’s Chinatown to Armenia and then back along the US/Mexico border finished signing my copies of his novels, “…with affection from the author…”
William C. Gordon’s presentation of his novels at La Cava is part of the music bar’s month of cultural activities throughout November, in celebration of La Cava’s first year anniversary. Check our Event Calendar for upcoming activities at La Cava.
William Gordon presenta sus novelas en Puerto Peñasco
Por Shandra Keesecker-Rivero
“Sí, he sido un cuenta cuentos durante toda la vida, y siempre sabía que iba a empezar a escribir a los 60,” me respondió el escritor William C. Gordon mientras firmaba cada uno de las tres novelas de misterio que acababa yo de comprar después de la presentación del escritor en La Cava. Su sombrero oscuro, con aires tanto de un investigador privado como del Indiana Jones, me llevaba a sus ojos brillantes y una sonrisa curiosa al decir que frecuentemente le dicen “Willy quién?” dado que es casado con Isabel Allende, una escritora Chilena reconocida en todo el mundo. Aun así, aclara, no es escritor debido a ella sino que simplemente había llegado la hora de escribir posterior a su vida de abogado en California donde trabajaba con miembros marginalizados y no representados de la sociedad, incluyendo a migrantes y a inmigrantes indocumentados.
El trasfondo del escritor en si es una historia dado que su padre, originalmente de un pueblo minero de oro en Australia, se embarcó a la aventura en la primera parte del siglo veinte la cual eventualmente lo llevó a instalarse en los Estados Unidos donde se convirtió en escritor, pintor, y donde creó su propia religión denominada “El plan infinito.” Este nombre, El Plan Infinito, ha sido recapturado en un libro de Isabel Allende, con el mismo nombre, lo cual en muchas maneras es la narración de la vida de “Willy” desde los viajes estilo vagabundo por los estados del Oeste con su padre, el predicador, hasta instalarse en un vecindario mexicano en la parte este de Los Angeles posterior al fallecimiento de su padre, cuando Gordon tenía 6 años. Allí, en el este de Los Angeles, nos explica Willy, aprendió dos habilidades muy importantes: “correr rápido, y hablar español.” Cabe mencionar que en 1920, la mamá de Gordon, Ana, fue la primera mujer que se graduó de lo que actualmente es la Escuela de Farmacólogos de la Universidad de Drexel. Ella fue estudiante sobresaliente y dio el discurso de graduación en aquel entonces. Posterior a los estudios de Gordon en la literatura inglesa en la Universidad de Berkeley, y una apreciación profunda por la literatura hispana, pasó un tiempo en el ejercito americano antes de embarcarse por su cuenta, pasó un año viajando por todo el mundo de polizón donde dormía en los panteones dado que era “el lugar mas seguro (y mas barato) donde dormirse.”
De alguna manera, los viajes, las escrituras y las corridas del escrito lo trajeron a Puerto Peñasco una noche fresca en noviembre donde un buen grupo de personas se reunieron en el espacio medio bohemio de La Cava, en el cerro de La Ballena, a escucharlo hablar de sus novelas: Duelo en Chinatown, El rey de los bajos fondos, y El Enano – novelas de misterio de detectives que cuentan las aventuras del protagonista, Samuel Hamilton durante la época de los 60s. “Escogí una época antes de las computadores, antes de los celulares…cuando los detectives salían a hacer trabajo en el campo a la antigua,” enfatizó mientras fácilmente cambiaba entre español e inglés durante toda la presentación. Hay dos novelas más, Vidas Fracturadas y Los Pasillos de Poder (nombres para verificarse en español), la primera de las cuales saldrá en 2013. Las novelas del escritor William Gordon se encuentran en 10 idiomas y aunque escribe en inglés, su primera novela fue publicada inicialmente en español por una casa de editores en España. Curiosamente, como suele suceder al perder algo en la traducción, algunas partes de las traducciones no son tan “cachondos” o “lascivos” como a él le hubiera gustado.
Uno de los puntos más interesantes en las representaciones de sus novelas es como se han desarrollado sus personajes. Algunos, como en el caso de Melba, la propietaria de un bar en San Francisco en Duelo en Chinatown, viene de la vida real y, nos explica, “no le toque ni un cabello a Melba” a describirla. Otros vienen de encuentros imprevistos, al ver a la gente, incluyendo a un señor de una góndola en Venecia con una ceja caída quien posteriormente se transformó en las páginas de Gordon en un oficial policiaco. Lo mas llamativo es la imagen del enano, a lo cual Gordon regresaba al explicar su primer intento de novela, Flawed, que contaba con el personaje de un enano jodontón. Al leer la novela, su esposa Isabel le aconsejó que no la publicara y por lo tanto se convirtió en su novela del baúl, o sea “me dijeron que abriera el baúl, que allí echara la novela, cerrar el baúl y allí dejarla.” Sin embargo, de alguna manera el enano llegó a representar a su padre y Gordon explica, “lo tenía que escribir, y sacarlo de mi sistema.”
Llegando la noche a su conclusión, los ecos de la música banda nos llegaban desde el malecón mientras el ritmo de reggae y de rock entraba desde el restaurante de abajo. Gordon concluyó con sus consejos para los que quieren embarcarse en el camino de la escritura, “Vivan! Y cuando hayan vivido lo suficiente, escríbelo!”
El hombre de los misterios del detective que muestran los mundos y personajes de los 60s, desde San Francisco a Armenia y de regreso por la frontera entre los Estados Unidos y México, terminó de firmar mis copias de sus novelas, “…con afecto del autor…”
La presentación de las novelas de William C. Gordon forma parte del mes cultural de noviembre que se celebra en La Cava, en honor a su primer aniversario. Vean nuestro Calendario de Eventos para las próximas actividades en La Cava.
Gracias por tu articulo y ti espacio que bien hace a los proyectos independientes de arte y cultura en nuestro puerto….de antemano pasando la estafeta…para hacer mas…y mejor….un abrazo.