The Cine Club Primera Toma, A.C. (First Take Film Club), under the skillful planning and guidance of Nina Mier and Socorro González, keep outdoing themselves by organizing various workshops to promote and develop the wealth of cultural talents within Puerto Peñasco. In 2012 alone these workshops have embraced film, creative writing, and now theater. Rocky Point 360 writer, and apparently our aspiring actress, MoKa Hammeken took part in the recent theater workshop organized in part by Primera Toma, with support from the Office of Civic and Cultural Affairs, led by actor and director Ramsés Chaira from Caborca.
The workshop, held in the welcoming space of Casa Juarez (across from City Hall) began on Nov. 22nd and wrapped up three days later with a “graduation” presentation of short sketches focused on the concept of liberty. The sketches were performed before an eager audience “open class” style, as part of a realist and experimental theater which, as Ramsés explained, “the fourth wall (that transparent wall separating the actor from the public) does not exist,” and there may be interaction with it if the situation, or the actor so requires.
MoKa reports, the 17 hours of the workshop offered work that was so easy-going and fun that the results surprised many. Chaira himself concluded, “I arrived here [to Puerto Peñasco], not knowing what to expect honestly. Nina invited me and I was at a time in my life that I decided to simply let things flow, and I am fascinated with how things worked out; I not only had students, now I have more friends. This is a divine group, very rich, varied, and with an incredibly positive vibe. I hope life brings me back again.”
The Primera Toma Film Club continues to be active and shortly after Ramsés’ theater workshop, they hosted a 2nd Creative Writing for 2012 and are also actively involved in preparations for this week’s Feria del Libro (Book Fair) in Puerto Peñasco, to be held Dec. 6th & 7th at the Municipal Auditorium, Casa Juarez, and Municipal Library.
Taller de Teatro en Puerto Peñasco
Por MoKa Hammeken
Después de ser anunciado a diestra y siniestra, el Taller de Teatro con Ramsés Chaira empezó del jueves 22 (que muchos no aparecieron gracias a las celebraciones del Thanksgiving) y terminó el domingo 25 de noviembre con una presentación al público, al estilo “clase abierta” como parte de un teatro realista y experimental donde, como dijo el maestro Ramsés, “la cuarta pared (aquel muro transparente que separa al actor del público) no existe” y se puede interactuar con él si la situación, o el actor, lo requiere.
Fue una experiencia fantástica vivir estos tres días de algo que yo pensé que no podría lograr. Con su método pedagógico, que es una suma de lo conocido y aprendido a lo largo de sus años como estudiante y actor, Ramsés hizo que el grupo de casi treinta personas participaran, aunque cada quien a su ritmo, todos hicieron de las suyas en el taller.
El primer día nos presentamos brevemente: Nombre, edad, algo que nos guste y algo que no. Curioso fue que casí todos coincidieron en que lo que no les gustaba eran las hipocresías y las mentiras, en el asunto de los gustos el tema fue más variado, Ramsés empezó con esta dinámica: “Buenas noches (eran las 7 pm) mi nombre es Ramsés Chaira, tengo 31 años; me gusta Garcia Lorca y odio…mhmmm… odio las mentiras” . Después uno a uno se fueron parando y diciendo lo propio (en lo personal me gusta el chocolate y odio hablar en público) y al terminar empezamos propiamente el taller con un poco de historia del teatro. Fue a grandes rasgos, en una hora lo que es y de donde viene el teatro occidental (el teatro oriental tiene su propio lenguaje y requiere su tiempo y forma para ser estudiado).
Luego, Ramsés nos mostró un poco de su historia como actor y director. Estudió en la Universidad de Sonora la licenciatura en Artes Visuales especializándose en artes escénicas, y nos compartió algunas fotos de su trayectoria artística así como de sus últimas puestas en escena en Caborca, donde se nota por las imágenes que tienen bastante éxito por la cantidad de público que acude a verlas. Y después de presumirnos un poco y de contarnos sus anécdotas jocosas, pasamos a la siguiente dinámica, que era la de calentar los músculos faciales y aprender a respirar para teatro, pues no solo se trabaja con el cuerpo, si no que el trabajo incluye voz y expresiones. Un tip: la inhalación y la exhalación no deben de escucharse.
Entonces pasamos a un ejercicio de improvisación de objeto real y objeto imaginario. Fue muy divertido ver como la gente empezaba a romper esquemas, dejaban atrás sus prejuicios y penas, y pasaban a participar. Uno a uno pasaban al frente, todos a su ritmo, cada vez con menos miedo y más sueltos.
Si al principio fuimos con algo de miedo, el segundo día íbamos contentos. Ramsés le inyectó una energía positiva tal al taller que todo el grupo se sintió en confianza y entonces los más reservados y penosos del grupo se volvieron más participativos. Yo decidí no pensar y simplemente dejar fluir; dos o tres veces me descubrí a mi misma pasando al frente con una idea en la cabeza y perderla en cuanto sentía la mirada de todos, pero, a eso fui, a eso me insistió Nina a ir, para vencer, aunque sea un poquito, ese miedo escénico que me ronda como ánima en pena. Créanme, imaginarme a todos encuerados no funciona.
Así pasaron las horas, llenas de dinámicas actorales, de integración y para reforzar la confianza en uno mismo y en el otro. Entonces, reflexionando, en eso Ramsés se vio astuto; en el escenario uno, aparte de estar atento a lo que se tiene que hacer, al público y al espacio, se requiere estar atento de tus compañeros por si requieren de ser “salvados” lo que de alguna manera te quita cierto peso de encima poder confiar en los demás, como también te hace que no le prestes tanta atención a tus miedos y faltas por estar atento a los demás.
Y así logramos un excelente grupo, que, a pesar de que nos dijo que como “examen de graduación” íbamos a tener que presentar algo frente a un público (que no éramos nosotros mismos) y nos temblaron las rodillas junto con la quijada a más de uno, nadie dijo que no. Con todos en el improvisado escenario (que, estuvo mejor que el que estaba planeado), se sentía esa energía y no nos sentíamos tan expuestos.
“Dense la oportunidad, disfruten este regalo que se están dando ustedes mismos, que por algo están aquí” Nos motivaba Ramsés durante las dinámicas y ensayos, y es verdad ¿de qué sirve estar ahí si no se va a aprovechar el momento? No es que nos dieran créditos en la universidad ni nada por el estilo, fue nuestro gusto y habría que sufrirlo y disfrutarlo como cuando uno va al gimnasio o se va al bar a beber unas cervecitas.
Así pasaron las 17 horas del taller con un trabajo tan ligero y tan ameno que los resultados nos sorprendieron a muchos. “Yo llegué aquí, no sabiendo que esperar la verdad. Nina me invitó y yo andaba en un momento de mi vida que decidí que simplemente dejaría que las cosas fluyeran, y estoy fascinado por como las cosas resultaron; no solo tuve alumnos, ahora tengo mas amigos. Este es un grupo divino, muy rico, variado y con una vibra increíblemente positiva. Espero la vida vuelva a traerme de regreso”.
Al terminar la “clase pública” la cara de satisfacción (y de distensión, por aquello de los nervios) se pudo ver en las caras de todos, Cada uno pasaba y tomaba su lugar en el escenario y hacía su sketch, para luego volver a fundirse entre la multitud que caminaba recitando un monólogo sobre la libertad hasta que estuviera listo el siguiente acto.
Después recibimos nuestros reconocimientos y Ramsés se despidió muy conmovido y terminó con “Soy Ramsés Chaira, tengo treinta y un años, me gusta la comida y no me gustan las mentiras”
Si, eso nos hizo darnos cuenta de que ya era hora de comer, y tuvimos que ir a festejar nuestro logro comiendo sushi.