El cronista de Puerto Peñasco, Ramon Amaranto Celaya Celaya, fue despedido por sus familiares, amigos y hermanos de la logia masónica en sus funerales luego de morir víctima de un padecimiento el viernes pasado (17 de julio).
Don Amaranto, como lo llamaban sus allegados, además de hacerse acreedor del título de cronista de la ciudad desde el 2004, dejo en su legado el libro Andanzas donde cuenta anécdotas de la región de Altar, Pitiquito y Puerto Peñasco, así como decenas de ejemplares de su revista el Sol de Peñasco.
Luego de una misa de cuerpo presente, don Amaranto fue despedido por los miembros de la logia masónica, grupo del que fue fundador en Puerto Peñasco y de que fue un digno representante. Ahí la hermandad hizo la cadena de unión para desearle un buen viaje.
Le sobreviven su madre, hermanos, esposa, tres hijos y nietos.
Amigos del extinto cronista lo recordaron como una persona amable, culto, sencillo, y transparente. Antes de su muerte don Amaranto trabajaba en la edición de un libro de historias de la región del desierto, el Pinacate y Puerto Peñasco que habrán de publicarlo en los próximos meses.