Es un rincón de Puerto Peñasco el escenario donde se filma “Jappy Days”, una comedia familiar que trabaja una productora con talento joven mexicano.
Porque Peñasco es un “guapo” para fotografiarse es que una vez más fue elegido como lugar para locaciones, en este caso la historia transcurre en una casa de adobe en medio del desierto y frente al mar en donde habita en plena soledad un viejo pescador.
Pedro Damián, el reconocido productor musical y de telenovelas y quien se reconoce como un enamorado de Puerto Peñasco , es quien encarna al abuelo , un ex-pollero que decidió vivir sus últimos años alejados del ruido, en una casa en medio de la nada y cerca del mar de donde pretende subsistir aunque es un mal pescador.
“Jappy Days” es una producción conformada por familia y amigos, Alexa Damián, actriz, guionista e hija de Pedro Damián, en el filme también aparece como su hija y sus hijos a la vez personifican a los nietos del pescador solitario.
La película es opera prima de Yago Muñoz, quien además de ser actor y músico ahora le apuesta a la cinematografía, en este caso rodeado de su familia y de un equipo de talentos muy jóvenes.
El director asegura que en cuanto concibieron el guion se propuso que fuera en Puerto Peñasco la mayor parte de la filmación, y al anunciárselo a Pedro Damián, él les dijo que por supuesto que era el lugar idóneo para grabar esta película.
“Desde la concepción del guion se pensó en Peñasco, pensando en el mar, la arena, el desierto y una ciudad fronteriza, le comentamos a Pedro y él dijo que ese era el lugar, pareciera que Pedro debería ser secretario de turismo, es un promotor natural de este lugar,” comentó Yago.
“Además,” agrega el director, “venir desde el DF hasta este lugar ha sido toda una aventura, porque es transportar a todo el equipo humano y el equipo de herramientas, una parte por aire otra parte por tierra y luego enfrentarse a las altas temperaturas del mes de agosto de las que ya les habían hablado. Teníamos mucho miedo, no es un punto de acceso fácil, había que volar a Hermosillo o Mexicali y luego por tierra y los del camión de luces hicieron como cuatro días de camino, pero ya nos habíamos enamorado de la idea del desierto, yo en mi cabeza no me imaginaba algo tan perfecto.”
El acogimiento de la gente de Puerto Peñasco ha sido el factor determinante para quedarse, y para continuar con el rodaje, explica el director, quien asegura quedarse sorprendido por los paisajes y lugares que fueron elegidos para grabar.
“Ocupábamos un lugar, y lo conseguían, ocupábamos camionetas y luego las teníamo , se nos acercaron personas que nos han apoyado muchísimo y eso facilitaba el trabajo de la produccion a cargo de Omar Dueñas,” detalló Yago, “Nunca había estado en Sonora, es un ecosistema muy particular, la temperatura, la gente es diferente, el sonorense tiene una cosa, nos imaginamos que en el norte la gente es más ruda y directa y más seca, pero tiene esa particularidad de que es muy alegre, es gente muy vital.”
El regreso de Pedro Damián a Peñasco
Para Pedro Damián, regresar una vez más a Puerto Peñasco, además de participar como actor en un proyecto de su familia, es reencontrarse con amigos, con lugares que lo cargan de energía, ir al Pinacate, a la Cholla , estar en el desierto.
Pedro, el más grande del equipo, que provee de experiencia y que conoce muy bien el puerto, aunque esta vez está en su versión de actor, llega a su llamado de la mañana saludando tranquilo y amablemente a todos, es hora de su caracterización como el viejo pescador – entonces se sienta para que lo maquillen a la vez de que le dan un pequeño masaje mientras permanece con sus ojos cerrados, es su pequeño relax del día.
Al finalizar el masaje, el abuelo Jorge, llamado así su personaje en honor a don Jorge Martínez de Hoyos de “El Abuelo y yo”, cuenta cómo es que le emociona este proyecto en el que participa con su hijos, sus nietos, su hermano, y sus sobrinos en algo que bien puede llamarse una “Family Movie”.
“Todavía no me bajaba del coche y me dice un amigo, hermano de Oscar (Palacio), ‘pinchi loco, siempre vienes cuando hace mucho calor…’ y es que soy un enamorado de Peñasco, Peñasco es un guapo para fotografiarse.”
Para el productor y actor, esta película que se levantó en solo tres meses es toda una experiencia. Ahora prepara su personaje de viejo pescador, y para eso se vale de su vagancia y de sus amigos de Peñasco Oscar Palacio y Gastón Rochín, con ellos ha ido a lugares para conocer y escuchar gente y además de encontrar el acento de la “ch” sonorense para decir “no chingues”.
La mayor parte de la película se graba en Puerto Peñasco y otra parte en Nueva York, en donde inicia la historia de una madre mexicana a la que le llega una orden de deportación y para salvar a sus hijos los envía a un pueblo playero donde vive su padre, a quien tiene más de 10 años sin ver y que de la nada se convierte en el abuelo de tres niños que revolucionan su vida.
Puerto Peñasco y la vida solitaria del abuelo hace el contraste con la gris metrópoli de Nueva York y la historia de una madre mexicana con sus tres hijos pequeños que solo hablan inglés, como la mayoría de los que forman la llamada “tercera generación.”
Fueron cerca de dos meses de scouting y rodaje en el puerto, en donde se enfrentaron a las altas temperaturas y a terrenos intransitables para llegar a la locaciones, situaciones a las que se adaptaron pronto porque todo valía la pena.
Si los tiempos de post producción, edición y el programa de distribución se acomodan a favor el filme podría estrenarse en dos años más en las salas de cine a nivel nacional y en el mercado internacional.