Among its many meanings, the Alexander Technique is defined as “the art of making good use of one’s self,” and “a simple educational body method whose objective is to find balance and the body’s natural liberty in order to learn how to move easier; once learned, this is never forgotten.”
From Jan. 14th – 18th two sessions of eager theater students filled a classroom at the Casa de Cultura for an Alexander Technique workshop led by Miriam “Miyako” Rogero.
In a free moment during the Workshops, while taking in some sun on the patio at the Casa de Cultura, RockyPoint 360’s MoKa Hammeken (who was one of those eager participants) had a chance to speak more with this theater instructor, and actress, about her background…. (English section below)
Por MoKa Hammeken
“Hoy es el primer día del Taller de aproximación a la Técnica Alexander, impartido por Miriam “Miyako” Rogero. Me perdí la bienvenida por Jesús Romero Chagoyán, por andar a las prisas y llegar tarde, sin embargo, me lo encontré en el camino, lo saludé y me hizo la observación de que ya iba un poco retrasada.
Lo primero al entrar fue sentarse en la orilla de la silla, con las piernas un poco separadas y las rodillas alineadas con los tobillos; la espalda recta y las manos abiertas con el dorso sobre las rodillas. Al parecer, por lo que dice Miyako esta técnica es todo sobre posturas y el conocimiento del cuerpo.
Luego de decir cada uno de los asistentes su nombre, hobbie/ ocupación y edad, nos dieron papel y lápiz e hicimos una dinámica que se llama “el río de la vida”; dibujamos dos lineas diagonales (como si se dibujara el cuello de una jirafa pasando por una ventana) y en la parte superior pusimos la fecha de nacimiento y en la inferior el día que transcurría. Dentro de este teníamos que escribir eventos importantes que han definido quienes somos, en una segunda y tercera ronda fuimos llenando el río con eventos cada vez de menor importancia. Luego dimos la vuelta a la hoja y escribimos sobre dos diferentes etapas de nuestra vida: niñez y adolescencia, supongo porque muchos de los presentes en la mañana, el grupo en el que fui, eran chicos de 16 años…
Y entonces el gran momento del día; pasar al frente a representar ese río desmembrado.*Gulp* Ni modo, a eso va uno a un taller de teatro, a exponerse. Yo ni hago teatro (salvo en muy íntimas condiciones, como diría mi madre) pero de algún modo he de perder el pánico escénico, o el hablar en público. Digamos que es terapéutico, aunque quien sabe si funcione, ya veremos como nos va al largo de la semana. Al fin, de tarea tengo que llevar una especie de diario”
Curiosamente es parte de la instrucción del teatro llevar una bitácora diaria (o tan seguido como se tomen las clases) y en ella anotar las experiencias tanto sensoriales como emocionales que esto acarree. Entonces así los maestros aparte de enseñar, se retro alimentan con está práctica, pues los actores siempre están en constante evolución y transformación, según dijo Miriam y más importante es en la Técnica Alexander, que es la unión de la cabeza, con nuestro cuerpo y lo que sentimos; cosas que casi siempre concebimos de manera separada.
La Técnica Alexander es según una página de técnica Alexander en internet : “El arte de hacer un buen uso de uno mismo”, “Un método sencillo de educación corporal cuyo objetivo es encontrar el equilibrio y la libertad natural del cuerpo para aprender a movernos con más facilidad; y que, una vez aprendido, no se olvida”, “Una manera de entender cómo está diseñado el cuerpo para dejarle funcionar como él sabe”, … “Una re-educación para establecer una buena coordinación entre cuerpo y mente”.
El buen uso de éste “da seguridad y permite disfrutar de todas las actividades que, por su complejidad, requieren tensión como tocar un instrumento, interpretar en escena, bailar, andar, pasar la aspiradora, sentarse, vivir…” (http://tecnicaalexander.es/la_tecnica.html)
Se puede comprender que no es solo una de las tantas técnicas teatrales, si no que ésta es aplicada a la vida misma. Algo en lo que Miriam se tuvo que enfocar ya que muchos de los que asistimos al taller (por no decir casi todos) no nos dedicamos a la actuación, como ella.
Gracias a su ojo entrenado y comprensión del cuerpo humano, pudo notar nuestros vicios de postura, represiones y tensiones.
En el mundo del teatro – dijo en una ocasión- el actor tiene que estar abierto y receptivo para lo que venga; estar alerta pero relajado, sin tensiones. Cada que representamos algo es muy desgastante física y emocionalmente; ahora imaginen que aparte de todo ese trabajo, le aunamos que estamos todos duros y tensos, sin dejar que la sangre y el oxígeno fluya debidamente por todo nuestro cuerpo.
-El actor es como una masilla en manos del director. Tiene que ser maleable, suave pero firme, capaz de transformarse y de volver a su forma original. El cuerpo es el instrumento del artista, es por medio de éste por el que se proyecta lo que sentimos y pensamos, es por eso que la Técnica Alexander se acopla a la perfección al teatro, sin embargo no es de uso exclusivo pues puede ser beneficioso para todo tipo de profresión. En México estuve trabajando con esta técnica con unos contadores y empresarios; también para los músicas es excelente. Si pones en youtube “Técnica Alexander” ahí podrán ver muchos videos con buena información al respecto-
-Somos seres tridimensionales y casi siempre nos concebimos como si fuésemos de dos dimensiones- expresó- Solo miramos para adelante; cuando caminamos no pensamos en lo que ocurre detrás de nosotros, o incluso a nuestro lado y ahora con los celulares ¡mucho menos!, nuestro cuerpo y nuestra voz cambian cuando estamos conscientes de todo. Por ejemplo, unos amigos que estudian ópera me han dicho que, cuando cantan, se imaginan tener una boca en la nuca y otra en la coronilla, así, aparte de estar conscientes de todo el espacio que les rodea, proyectan su voz de manera diferente. ¡Inténtenlo! Párense frente al espejo digan ¡Ahaaaa! Pensando en el espejo… Ahora inténtenlo pensando en que yo, que estoy detrás de ustedes, tengo que escucharlos igual… ¿pueden sentir, o escuchar la diferencia?-
En lo personal puedo decir que fue leve, pero si se podía percibir una diferencia, aparte de que ayudaba a la concentración, obligando a estar en el “aquí y ahora”.
Durante una semana Miriam Rogero, gracias a que hubo muchos interesados, estuvo alineando cuerpos e impartiendo el taller a dos grupos, uno en la mañana de 10 11:30 y otro en la tarde, más concurrido, de 7 A 8:30, cada grupo demandante en diferentes formas.
En un momento libre, mientras estaba disfrutando del sol en el patio de la Casa Juarez, me senté a platicar con ella. Como había hecho mención en el transcurso del taller de su estancia en la ciudad de México, me entró la curiosidad por saber cómo es que había llegado a escoger este puerto como sede de uno de sus talleres.
-Yo vine a Peñasco gracias a mi mentora, Hilda Valencia. Como parte de mi formación y de mi compromiso con FECAS (beca de apoyo a la formación artística), tengo que dar dos talleres de lo aprendido, dentro del Estado de Sonora; uno de ellos lo voy a hacer en Hermosillo, pero para el otro no tenía ni idea. Ella me preguntó que a dónde iba a dar el taller, yo le contesté “quiero ir al mar” y ella fue la que sugirió “Vete a Puerto Peñasco, conozco a Susy Mazón”.
Guaymas si conozco súper bien, igual que San Carlos y Bahía de Kino, Peñasco conocía pero muy poco; digamos lo mínimo indispensable, pues hace tiempo tuve un novio que trabajaba en Las Palomas y venía a verlo, pero de rápido el fin de semana, entonces me pareció una muy buena idea.
No lo pensé mucho y entonces ella me puso en contacto con Susy, que no la conocía hasta hace unos días, ya que llegué aquí.
Ya no hacía frío como en los primero días del taller, y seguíamos disfrutando de los rayos del sol y estábamos comentando sobre este taller le serviría a muchos jóvenes cómo guía de lo que tendrían como materias si se decidieran a estudiar artes escénicas entonces le pregunté que cómo fue que ella se había inclinado por estudiar teatro.
Fue mi papá, él es el culpable de todo- rió- un día me dijo “ a ver, ¿por qué no te metes a una clase de danza, pintura o teatro?” y le hice caso y desde entonces no lo he dejado. Bueno, entonces era una actividad extracurricular, pero cuando tuve que decidirme por una carrera yo quería ser veterinaria, pero no se podía, mi hermano estaba estudiando Biología Marina y no había dinero para mandar a los dos estudiar fuera, entonces me dijo que escogiera una carrera aquí en una universidad pública y para eso estaba estudiando mi curso de teatro en la casa de la cultura… entonces mi maestro de teatro me preguntó que qué iba a estudiar y le dije “quiero estudiar mercadotecnia, periodismo, administración de empresa… o sí no letras…” Ya sabes, de todo – dijo con una carcajada- Entonces él me dijo “¿y por qué no estudias teatro, no te gusta?” y pues no se me había ocurrido y me gustó la idea; puedo ser mercadóloga en el teatro, veterinaria en el teatro, administradora, escritora… Lo que yo quiera. Entonces ya le dí la noticia a mi papá y solo me dijo “A mi me gusta la literatura, pero está bien” .
Luego ya descubrí que mi abuela que vivió en Mexicali (acaba de morir) escribía y que mi prima es artista plástico entonces me sentí más segura con mis “vena artística”, pues también cuando dibujo veo que no estoy “tan mal”, pero no, no me ha dado por el dibujo… Pero es bueno saber.
Ahora estoy en el grupo Andamios en Hermosillo y nos hemos presentado en muchos lados, más en el DF, que es donde mi mentora nos hace el “conecte”… Gracias a ella y a sus relaciones es como terminé estudiando la técnica Alexander.
En un momento de silencio pregunté ¿y sí te gusto dar el taller en Peñasco? ¿No se te hizo pesado tener dos grupos?
La verdad no pensé que se fueran a inscribir tantos, entonces si me sorprendieron cuando me dijeron que si le daba el taller a dos grupos. Después del primer día vi que requerían de un acercamiento diferente, por ejemplo en la mañana muchos chicos, adolescentes, que si bien están en formación, son un poco retraídos y en la tarde ya era gente más grande con otro tipo de bagaje y percepción de la vida- respiró hondo y se quedó pensativa- demandante pero bastante bueno para mi. Y sí me gustó, me gustó tanto que pienso regresar en mayo con una amiga que se inclinó por la técnica Linklater de proyección de voz, muy interesante también.
Pero si, honestamente si hubo un día pesadísimo; el día en que los acosté a todos y tuve que alienar su cuerpo uno por uno; caí como tabla en la cama del hotel. Que es curioso ¿sabes en que hotel estoy?
“No” respondí curiosa.
Pues en el Motel Alexander- Las dos reímos divertidas.- Lo traigo ya en el subconsciente, ni me había dado cuenta, cuanto no ha de ser mi compromiso – siguió riendo.
Miriam Rogero, trying to straighten out that crooked branch
Selected excerpts from Spanish original, By MoKa Hammeken
… at one point during the workshop Miriam had mentioned something about her stay in Mexico City, I was curious to know how she had made her way to this port as a spot for one of her workshops
I came to Peñasco thanks to my mentor, Hilda Valencia, as part of my own development and my commitment to FECAS (scholarship support for artists); I have to give two workshops within the State of Sonora of what I have learned. One of these I will do in Hermosillo, though for the other I had no idea where that would be. She asked me where I was going to give the workshop and I replied, “I want to go to the sea.” It was she who suggested “Go to Puerto Peñasco, I know Susy Mazón” (Susy is a local journalist and actress in her own right).
I know Guaymas really well, as well as San Carlos and Kino Bay; I knew Peñasco but very little, let’s just say the basics as a while ago I had a boyfriend who worked at Las Palomas and I would come to see him but just on weekends, so it seemed like a good idea.
I didn’t think about it much and so (my mentor) put me in touch with Susy, who I didn’t know until just recently after I arrived here.
It wasn’t as cold as it had been during the early days of the workshop, so we continued to enjoy the sun’s rays and discussed how this workshop would serve as a guide for many young people as to what they would study if they decided to pursue performing arts; that’s when I asked her how she had been drawn to the theater.
It was my father, it’s all his fault, she laughed, one day he said “hey, why don’t you take a class like dance, painting, or theater?” I listened to him and haven’t left it since. Well, at the time it was an extracurricular activity, but when I had to decide about my studies I had wanted to be veterinarian but I couldn’t. My brother was studying Marine Biology and there wasn’t enough money to send both of us to study away from home. So, he told me to choose a degree here at a public university and at the time I was studying theater at the Casa de la Cultura (Hermosillo)…my theater teacher asked me what I was going to study and I said “I want to study marketing, journalism, business administration…or the arts…” You know, everything, she said with a chuckle, he told me, “Why not study theater? You like it, don’t you?” That idea hadn’t occurred to me and I liked the idea; I could be a marketing person in the theater, a veterinarian, administrator, writer… whatever I wanted. So, I gave my father the news and he just said, “I like literature, but that’s ok.”
I then discovered that my grandmother, who lived in Mexicali (who recently passed away) used to write and my cousin is an artist so I felt more secure about my “artistic vein.” Also, when I draw I see that I’m not “so bad,” but no, I haven’t really drawn…but it’s good to know.
Presently I am with the group Andamios in Hermosillo and we do presentations all over, more so in Mexico City which is where my mentor “connects” us…thanks to her and her contacts is how I ended up studying the Alexander Technique.