Los Forasteros: la mejor banda de Country mexicana que jamás habías oído

Forasteros : dícese de  personas que viene de fuera, así se les ocurrió nombrarle al grupo de mi amigo que venía a Puerto Peñasco a dar la vuelta para conocer lugares y dar a conocer a la banda country que es de siete, pero esta vez solo venían cuatro.

“El fin de semana vamos para Puerto Peñasco, queremos dar a conocer a la banda allá y realmente ninguno conocemos”, así decía uno de los mensajes del Gaspar Madrigal , amigo de hace muchos años , desde que lo raptábamos el Navo y yo del hospital donde trabajaba para llevárnoslo a tocar al “Kaos” Café en Hermosillo,  era en los tiempos en los que formaba  Gaspar Madrigal y el Ruletero.

Aunque ya había visto fragmentos de videos de  Forasteros Country Band  cuando hacia scrolldown en el Face, no me había detenido a ponerles la merecida atención  y fue hasta que el Gaspar me  dijo que venían cuando empecé a buscarlos en youtube, entonces me topé con que se trataba de una bandota  integrada con músicos de carrera , que  habían pisado magnos escenarios con una propuesta original , con una chamba de producción muy pro  y con miles de seguidores que se iban ganando en los conciertos que ofrecían.

Venían a Peñasco a conocer, ver lugares aprovechando la presencia de turistas  norteamericanos y nacionales y también a la respetable comunidad estadounidense que tienen su hogar en este puerto, entonces se quedarían todo el fin de semana para darse las vueltas , el fin de semana por cierto más húmedo de todo el verano.

El punto de encuentro era en el Malecón, advertí al Gaspar que iría con mis dos hijas  y  apenas buscábamos alguna banca donde instalarnos cuando entre los puestos de  venta ambulante que despiden matices de olores de elotes y chile  alcance a ver a unos sombrerudos en la acera de en frente justo en el Tekilas y les hicimos señas.

La charla se extendió por varios minutos, solo requerían algunos nortes  y algunos nombres , venían con todo pero serenos ,  mis hijas en los pocos momentos que estuvieron quietas  los veían de pies a cabeza  y  en vez de hacer preguntas se fueron a  jugar a otra parte con otras niñas  y los Forasteros con sus camisas empapadas en sudor  y agobiados del largo viaje  pero fragantes y con buen semblante  iniciaron con su primer cita.

Al dia siguiente , viernes ya habían recorrido algunos lugares desde temprano y para sorpresa ya tenían pactado un lugar para tocar en la noche , solo bastaron unas cuantas canciones en modo acústico para cautivar a los encargados y clientes  de un popular bar del malecón.

Y ahí estaban esa noche en el stage del Tekila’s   los Forasteros , solo cuatro de ellos ,  Juan Carlos Catalán  con su gorra de los Naranjeros que se instalaba en la parte de atrás, Bobby  Soto se colocaba al frente  para demostrar  cómo sin hacer un gesto se pueden exprimir los sonidos de un violín, Eduardo Coronado se sentaba arriba de un cajón al que iba a golpear a la vez de cantar y Gaspar Madrigal cuidando todos los detalles como encargado del audio ,finalmente  daba la  bienvenida y presentaba al grupo.

Las paredes que simulan maderas, las sillas fabricadas de barriles y los turistas rubios de Arizona, California o Nevada combinados con algunos  clientes locales  que igual se empinaban sus botellas de cerveza o tequila cobraban otro sentido cuando soltaron las notas de “Folson Prison Blues” de Johnny Cash , el Tekilas se convertía por unas horas en un bar del viejo oeste , hasta el más fresa y el más chic  bailaba sus zapatos y las chicas no tardaban en ondear las servilletas , la fiesta country empezaba.

Sin mucho preámbulo pasaban de una pieza en español a una en ingles complaciendo a los gabachos , pochos  y mexicanos . El único momento en el que otro show robo la atención del público ya “avaquerado”  fue cuando un trio de chicas se untaban y lamian turrón en sus operadas “bubbies”  con un soundtrack de cowboys.

“La mejor banda de Country mexicana que jamás había oído” así era el título del post en Facebook para invitar al día siguiente  a oír de nuevo a Los Forasteros en el mismo bar en donde habían dejado prendida a la clientela ( además de a las chicas top less), y donde lo harían de nuevo , la gente quería más country.

Su visita en el puerto fe aprovechada para ir a otros bares , charlar con los encargados y   dar pequeñas muestras del largo repertorio que  hay en la lista, también tuvieron que ir a una lavandería para llevar sus camisolas, con tanto sudor peñasquense no fueron suficientes los cambios y había que lucir siempre vaqueros piki.

Por la mañana del domingo antes de regresar a la capital, con algunas fechas ya tratadas para regresar, el desayuno con don Gaspar se convirtió en una charla de horas, música y proyectos ,la cita  fue en el depa ,por lo menos ahí no tendría que estar pendiente de que las hijas se sentaran en otras mesas o se metieran a la barra o a la cocina  de algún restaurant.

“Escucha esta rolita, les di un tema a dos compañeros del grupo , cada quien haría una canción y salió esto, yo si lo hice” entonces don  Gaspar me dejaba oír una composición que vendría en un disco que ya se cocina , y así fueron varias , cada pieza con un sonido distinto , el más puro country fusionado con lo que surgía en el momento y a decir del miso Gaspar si le quitara a algunas de las canciones tal o cual instrumento bien podría ser alguna balada, un rockanrollito o un blues.

Surgía otra canción que debía conocer a la vez que llegaba una u otra de las hijas a interrumpir o a que la abrazaran,  mientras a la mama-cocinera se le quemaban los frijoles, entonces don Gaspar con la paciencia que le caracteriza  controlaba la situación terminando las quesadillas, “tu siéntate, yo las termino, relájate”  y ahí estaba del otro lado de la barra, de interlocutora impaciente por no saber estar a gusto viendo como la visita terminaba cocinando.

Sin encontrarle un ápice de arrogancia , escuchaba sobre los esfuerzos que toda la banda ha venido realizando por años , de todo lo que hay detrás de un concierto de Forasteros Country Band , cuando  se suben a ejecutar su propia música , de cómo es el panorama de la música country en México y de la importancia de abrir nuevos mercados , sobre todo en la frontera  y con los norteamericanos , entonces entendía que lo que había visto  en los bares era solo coquetería bien hecha , pequeñas muestras de que los covers se pueden hacer propios y de cómo estar convencidos de que el country si prende.

Entró una llamada , era uno de los Forasteros que avisaba que ya estaban listos para  partir de regreso , era la hora de despedirse del Gaspior, las hijas instaladas en su actitud de chipilonas y abusando de su ser apacible y paciente no lo dejaban salir, asi que prácticamente se tuvo que “safar amablemente “ y así regresar a la capital con planes de regresar a patear traseros, con algunas fechas por acordar, con una idea del movimiento en los bares y con muchas camisas que lavar…

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