Opino que Puerto Peñasco tiene las condiciones idóneas de luz, paisajes, tranquilidad y temperatura (en ciertos meses) para gestar artistas. Entonces me da gusto saber que una amiga, va por ese camino, aunque bueno, se está abriendo pasos a codazos, la verdad.
En años pasados la había visto en talleres y eventos, nos caemos muy bien y bromeábamos Curioso, la conocí en un taller de escritura y que la seguí frecuentando en los talleres… En una ocasión hice una sesión fotográfica con ella. Infaltable, a la que le tomé cierto afecto, pero que jamás nos pusimos a platicar sobre su pasado o vida… hasta el momento.
Entonces, por fin quedamos un día de tomar café ¿Se puede? De alguna forma (algunas ausencias) me enteré de la fragilidad de su salud, y no quería que su mamá (o hermanas) vinieran a reclamarme por daños a su hija, pero café está bien… Bueno, mejor pidió una bebida más elaborada para agarrarle el gusto a la plática y un brownie con todo y cerecita (la cual, me agencié).
Nos sentamos fuera y no. Al parecer el aire libre de la placita, la música de las bocinas o las sillas metálicas, no nos incitaron a la plática profunda. Mejor entramos. Los cojines siempre ayudan a hacer sentir a las personas más cómodas y agradables, y aunque en la grabadora se escuchara el eco de la música y una que otra ronda de licuadoras trabajando, ya me las ingeniaría.
Nos dejamos caer al mismo tiempo. Ella escogió un puff naranja y yo el sillón, pero no quedábamos a la misma altura y me sentí maestra de filosofía. Ni que hacerle, el chiste es que se esté cómodo. A ella no parecía importarle, según entendí, de haber sido una opción, se hubiera sentado en el piso, pero traía falda (y bromeando dijo que no era un concierto hippie, era una cafetería y había que guardar las apariencias).
Coloqué el teléfono en grabadora sobre la mesa discrétamente, mientras ella alisaba su falda y nos traían las bebidas (calientes y sin alcohol, por supuesto, estábamos en una cafetería) y comenzamos la entrevista.
Ok- Bromeé- Siendo las 11: 07 am, comenzamos el interrogatorio. Estando presentes Moka Hammeken interrogador (o entrevistador) y Yuvid artista interrogada. Para el registro, por favor: Nombre, edad, sexo, signo zodiacal, signo zodiacal chino y el maya.
Yuvid ríe- ¡No me sé el maya!
Bueno pues, lo que te sepas de tu persona-
Nombre: Yuvid Castro Salazar, 18 años, mujer (sí, of course), Tauro… ammm no me acuerdo del chino creo que era rata… Y el maya, de plano no. Si te soy sincera, ese jamás lo saqué…. – antes que pudiera decir algo, continuó- Ni me preguntes de los demás… ¡Moka! ¡Soy joven! ¡Y me hace falta viajar!
Solté la carcajada, mientras la música de Shakira sonaba de fondo (lalala lalalaa lalá… lego)
Pasando a temas más escabrosos ¿Cuándo empezaste con todo este mundo artístico?
Desde siempre- la sorprendí con medio bocado en la boca- Lo primero que me acuerdo, pues tenía como tres o cuatro años, que entré a un concurso de baile. De hecho, bailé Shakira.- señala la bocina detrás.
De baile- recalqué- Shakira.
Ajá. Lo que no saben es que a mí me gustaba el baile (y aún si puedo sigo con eso. Hasta el año pasado iba a clases de belly dance). Curioso, porque todo mundo empezó dibujando de chiquita, pero a mí, a esa edad, me interesaba sacudirme, moverme.- le dio un sorbo a “lo-que-fuera-que-ella-se-
Que fuertes críticas- dije entre sorbos al café.
¡Ay Moka! Íbamos en primaria, obvio no iban a ser obras de arte. Estaban bien feitos. Pero bueno, en quinto fue cuando me metí en mi primera clase de pintura, en la Casa de Cultura con Oscar Malagón.
¿Y siempre te has sentido artista?- pregunta capciosa
Emmm… no- ríe- siempre me han gustado todas las artes y desde que empecé con eso, siempre quise intentar todo, aprender de todo, lo que para mí se supone que era un arte. Ser artista no… en definitiva no, siempre me he sentido como una persona que admira el arte, aunque no lo respetaba mucho, una persona curiosa. Había un curso o clase de esto u lo otro, y yo le entraba. Pero sentirme artista no.
¿Eres ñoña, o intelectualoide? Porque recuerdo que luego a medio taller, soltabas frases o citas con aire culto y con cara de suficiencia.
No, no creo. Tengo influencias ñoñas de mis amigos y de Xiomi, que es la que más lee, y a ella le robo esas frases. Yo más bien me evado y me pongo a dibujar algo. Soy como una esponjita si algo me interesa, lo demás me puede pasar de noche… Bueno hay temas como la física que me pasan de noche, aun cuando me interese. Pero ñoña no, más bien soy “rebeldona”- y hace las comillas con las manos.
¿Tus papás te ayudaron, te impulsaron? ¿Son personas que también pintan o se sienten atraídos al mundillo artístico?
Mi mama pintaba, dibujaba, cuando estaba más joven. De repente lo vuelve a hacer, pero es muy raro. Es una lástima, porque la neta me gusta como dibuja; tiene su propio estilo y lo hace de volada…Y mi papá pues… mi papá siempre me apoyó y me ha apoyado. Bueno, no nada más a mí, a las tres – sus hermanas- Pero mi papá tiene de artista lo que yo tengo de astronauta…
¡Qué va! si te la vives en la luna… Entonces ha de tener algo rescatable- me sorprendí diciendo
Reímos, yo de sonsa, por el comentario y no sé si Yuvid por compromiso… supongo que no
Bueno ya pues- reafirma- ¡de cantante!-
¿No cantas?- inquirí curiosa. Esa comparación es poco común
No, nada, ni en la regadera, me espanta mi propia voz-
Entonces recuérdame invitarte cordialmente a un karaoke (para torturar a propios y ajenos)-
¡Nombre! ¡No! ¡kareoke no! ¡No inventes! Me da mucha pena… ¡vas tu sola!-
El ruido de una licuadora preparando frappé amortiguó nuestras risas (En serio ¿quién pide y pide frapés?)
Entonces ¿Cuándo empezaste a tomarlo en serio?- retomé
¿Lo de no cantar? Porque eso luego luego… Ya vez Moka, eso de la autocrítica a veces funciona-
No, sonsa, jajajaja, lo de buscar tu lugar como artista-
Pues… – hace memoria- Recuerdo que si me preguntabas en sexto de primaria, yo ya te decía que quería ser artista; pintar, dibujar, pero no exclusivamente. Aunque la verdad, no estaba tan segura… Ya vez estaba abierta a opciones. Tú entiendes
Sí, yo entiendo-
Ya en la secundaria, como que lo pensé más poniendo en la tabla otras opciones (similares por supuesto), pero seguía teniendo la idea de que eso quería- hace una mueca deductiva- Si lo pienso crudamente, ese siempre ha sido mi plan; ser artista, expresarme, ser libre, e irme a estudiar.
¿A dónde?
¡En donde pudiera!-
Bueno, ahora estás cerca, en Ensenada.-
Si, relativamente. Y está muy suave, la verdad. Es grande, es otra onda, pero igual hay mar… Y su tira me materias me latió bastante. La acaban de renovar hace poco y quedó muy similar a Artes Visuales, que era mi otra opción.
¿Y ya aprendiste a moverte allá?-
Si, ya- me responde muy segura- Desde antes de empezar a estudiar, me fui a unos cursos y así aprendí a usar el micro (sí, allá le dicen: micro) el nombre de algunas calles, los rumbos… bueno, para llegar a los lugares que tenía que ir.
¿Ibas tu sola?
Mi mamá me acompaño varias veces. Claro, no entraba a los cursos, pero se iba, se perdía un buen rato. Yo me sentía mal, porque yo ahí adentro encerrada en los cursos y mi mamá, pues ¡quién sabe! Era súper interesante, porque a los tres días me andaba contando sus aventuras y yo ¿¡pues cuando pasó eso!?- hizo una pausa- Por cierto hablando de aventuras ¿cuándo vas a ir a visitarme?
Un día de estos -una contestación muy de mi papá cuando las fechas (o las intenciones) no son seguras- que tú no tengas mucho que hacer y que yo tampoco y que haya ganas
Tú misma dijiste, que ni está tan lejos… aparte ¿qué tan ocupada puede ser mi vida? ¡Soy estudiante!…
Sonreí, al recordar mis días en la uni… Ella aún goza de la lozanía de la ilusión. Tal vez los primeros meses, uno anda como elevado en el cielo y la vida es relativamente fácil (el primer año, si quieres). Pero llega un momento en que ¡pum! Te llueven trabajos y entregas, tan duro y tan tupido, que no sabes ni para donde voltear, te alimentas de maruchanes y café sin saberlo, tus tiempos de dormir puede ser cualquiera y aprendes a descansar en solo dos horas de “sueño”. Empalideces porque no conoces la luz del sol.
Intermedio de ruido de licuadora, música rara, el saludo locuaz y altisonante de unas amigas (que obvio una de ellas pidió un frappé), de mirar al infinito, dar unos tragos de café.
Y ¿tú eres de aquí, de Peñasco?- Dije por fin cuando la tempestad pasó.
Nací en Mexicali, pero me crie toda mi vida aquí. Así que sí, soy de Puerto Peñasco- mordida al brownie- La vez que he estado más tiempo en Mexicali, creo que fue cuando nací.
De hecho fue bien gracioso- siguió con el relato- porque cuando nací, el hospital estaba en huelga, entonces no había gente que atendiera. Era el único bebé. Nada más escuchabas los llantos de Yuvid por todo el hospital.
Se acerca a mí y me mostró algo… Honestamente no sabía bien que ver
Mira aquí tengo una cicatriz.
Puede ser cualquier cosa, Yuvid- le dije sin querer evidenciar sobre exactamente qué hablaba
No- contestó muy segura- la enfermera me quemó. Normalmente le dan la mamila al bebé, prueban que esté a la temperatura, para ver que caliente o tibia está y se la das al bebé… ¡Noooo! me la puso a mí ¡Y cómo no se va a callar la niña! Pues si le acaban de meter un quemadón en la mano-
Me reí ¿A quien se le ocurre probar la temperatura de la leche en la mano de la niña?
¿Y te acuerdas?- Es raro, pero suele suceder. Entre locos y cuerdos, dicen que se han dado casos de gente que recuerda hasta del más allá.
¡Claro que no!- se ríe- Pero tengo un bonito recuerdo- No aguanté y solté la carcajada- No sé si mi mamá, que ella me lo contó muy así.
Tengo recuerdos ya de aquí de Peñasco… cuatro o cinco años… Muy vagos, o sea, no me preguntes específicamente que comí ayer (o hace ratito), pero si recuerdo muchas cosas… Una memoria normal, como la de cualquiera, digamos.
Entonces, ya desde que estás aquí ¿has ido a todos los eventos, clases y talleres?
A los que pude, sí (que son la mayoría) Obvio no a todos, así religiosamente… Aparte que cuando era chiquita, pues no había gran cosa (y tampoco por la edad, me imagino no podía haber participado de muchos, entonces ni me enteraba, la verdad. Obvio que la incursión al internet y al Facebook también juega un papel importante)… Pero si… Voy a todo lo que me pongan enfrente.
¿Por qué?- pregunta casual, a veces sin sentido, pero en ocasiones necesaria.
Mmmmm…- tuerce la boca- Pues, obvio ¡me gustan!… y porque siempre hay algo que aprender y /o ver. Cada persona te puede mostrar algo diferente. Puedes creer que es lo mismo pero, la perspectiva es otra. Todos los cursos, todos los maestros, siempre hay algo que me sorprenda.
Entonces cuando entraste al curso de pintura ¿cómo te fue?
Mmmmm, pues bien, me gustaba, me divertía, y pues iba hasta que pude. Luego empecé a faltar mucho, porque entré a la orquesta sinfónica con Santiago Mireles. Y también al mismo tiempo entré a hawaiano, tahitiano… ¡te digo Moka! En cuanto salía de mi casa, yo quería hacer de todo…
Tu mamá ha de haber estado muy feliz- comenté recordando vagamente las caras de mi madre cuando nos tenía que llevar a las clases en la tarde y a todas las cosas que queríamos hacer.
Pues sí, algo… por lo menos no hacía destrozos en la casa… muchos. Iba cada que podía. Hasta que conocí a Gaby, y con ellos tuve mi primera exposición, que fue en Bella Sirena. Después de eso, tuve un evento de Guillermo Munro, que fue donde conocí a Nina y a Socorro.
Eso fue…-
Eso fue hace unos ocho años, yo creo- contestó sin despegar el popote de la boca.
Y de ahí te jalaron para todos lados-
¡Aja! De poquito en poquito, iba a lo que organizaban y a clases con Gaby.-
De pronto, no sé por qué, se subió el volumen en un anuncio con sonido oriental en el radio de internet de la cafetería y se hizo un silencio absoluto, como si lo que dijeran (que no entendí, porque estaba en otro idioma y no puse atención) fuera realmente importante y crucial para nuestras vidas. Al acabar, el lugar volvió a su murmullo y ajetreo normal. Se me hizo extraño.
¿Y cuantas expos llevas?- reinicié la conversación con una Yuvid muy entretenida con el fondo del vaso y el popote.
He estado en algunas individuales y en muchas colectivas, entre oficiales y no oficiales… No podría tener un número exacto… – imagino vio como levanté la ceja algo escéptica- No Moka, no. No es por sangrona ¿No te digo que la memoria me falla?- Se ríe- En serio han sido bastantes
¿En serio quieres que eso ponga?-
Pues ¡es la verdad!… Moka, no me juzgues, soy muy distraída y aparte, no había tenido yo que hacer recuento de todo esto. Esta es mi primera entrevista seria.
Ok, pero ¿ni para la uni?
¡Moka!- expresó en tono de reclamo, a lo que me encogí de hombros, levanté las manos y solo dije “Vale pues”
¿Has ganado premios?
Si- De chica me metí a varios concursos… bueno, en realidad mi mamá era la que veía y me decía “¡ahaa mira! ¡Metete!” y pues me metía. Gané como por tres años seguidos uno que se hace aquí, de Benito Juarez; tienes que pintar a Benito Juarez y te dan cinco colores y ahí vez tú cómo le haces, y pues, supongo lo hacía bien porque ganaba. Bueno, fueron dos años, y luego uno ya no, y luego volví a participar y gané.
También uno que era Kids Cartel que era de las bibliotecas de todo el estado, que abrieron una convocatoria de más edad y el año pasado me volví a meter. Gané segundo lugar, de dibujo/cartel del Estado de Bibliotecas Públicas… El concurso se llamaba “como imagino mi futuro” o “el futuro” algo así.
Empezó una voz a decir algo sobre una artista internacional japonesa de no sé qué años (creo que hablaban de Yoko Ono en un tono bastante paternalista)
Vas a tener que hablar más fuerte, mujer, o esa señora te va a ganar tu lugar en mi grabadora, y yo tampoco tengo memoria prodigiosa- le acerqué el teléfono y Yuvid brincó
¿A poco muerde?- dije burlona.
¡Moka! ¡Déjame! ¡Soy de rancho!-
Sé que el grabar a alguien y hacer muy evidente el celular (o grabadora) de ese modo, puede ser intimidador. Yo gozo del pánico escénico extendido. Entonces, el chiste es platicar y pasar por alto que está el artefacto ahí. Hacía lo que podía por disimularlo, pero esa señora no dejaba de recalcar las bondades y características de la artista, en un tono realmente ridículo. No creo que nadie le crea que realmente se sorprende en esa forma infantil, de que la persona de la que hablaba, expuso en nosédonde, editó un libro de dibujos, canta, baila y habla chachachá.
Aproveché la oportunidad para pedir un refil y pedir que le bajaran un poquito.
Y la verdad es que- volvió Yuvid- está súper bien para algo que hice, medio desvelada y dos días antes. Mi mamá se encargó de entregarlo… eso fue en mayo o marzo del año pasado.
Presumida-
Es la verdad, algunos tienen el don y otros, no- me señala muy al estilo de villana de Disney- que le vamos a hacer. Me puedes envidiar, Moka.
La que no tiene desplantes de artista- Sentí que mi cara hizo una mueca, divertida.
No soy artista, aún (para eso voy a la uni). Soy admiradora del arte, aunque no muy respetuosa de este ¿ya te había dicho?- alega entretenida.
Se me escapó una risotada. Me cae rebien, esta chamaca.
Entonces, ¿tú que jalas a tus hermanas a los eventos y talleres? o ¿cómo está la dinámica ahí?
No, no creo-se saborea su refil de “lo-que-sea”- no creo tener influencia sobre ellas. Van por que quieren y a lo que quieren; si se les pega la gana, si se les antoja, si están de humor; por ejemplo Xiomi prefiere no salir. Ella es feliz con internet, comida y libros. Muy rara vez sale y pues cuando sale por fin, nadie le dice nada (no se vaya a arrepentir). Crisbel luego trabaja, tiene cosas que hacer o sale con Joel, etcétera. Pero bueno, si ayuda que me entero de lo que hay y les digo… o bueno, ya nos enteramos por los mismos medios. Ellas toman la decisión y ¡ya!
¿Qué es eso?- Pregunté entre el empalago y la curiosidad, cuando me extiende una probada de su “refill” (porque obvio era otra bebida) que tenía líneas de jarabe de chocolate, algún tipo de mousse (o espuma de crema batida con sabor), encima de una bebida de color beige.
¿Y entonces ahora que vas a hacer?-
Pues comerme todo esto, ya que le hiciste caras.- bromea mientras sumerge aparatosamente la nariz en la crema.
Yo le respondo con una mohín sarcástico
Pues, hacer maletas, Moka ¿qué más?- se limpió un cachete y la barbilla. No es que estuviera muy embarrada, pero tenía uno que otro rayón de chocolate o crema- Ya se me acabó el veinte y ya me voy de regreso a la UABC de Ensenada.
Y no que ahí se hubiera acabado la plática entre nosotras, si no que ahí dejó de ser interesante para los demás.