Al llegar a la oficinas de don Gilberto Castillo salude a sus hijos, “Togis” y a Lilian, luego entre a la oficina donde estaba don Gilberto prometiendo que solo le robaría unos minutos, que se fueron largos hasta pasar de la hora. Lilian vino a la oficina supongo que a salvarlo de tanta pregunta y charla, el tema para la entrevista era sobre los astronautas de la NASA que hicieron visitas de pruebas al área del Pinacate hace varias décadas, pero pasábamos de una anécdota a otra y así se fue el tiempo, entre carcajadas y chistes amenos.
¿Cómo terminar pronto con una entrevista a un personaje con tanta historia?, me preguntaba después cuando venía en el carro de regreso luego de sentirme un poco culpable por no haber cumplido la promesa de solo robarle unos minutos que se convirtieron en casi dos horas…
Son muchas las anécdotas y las historias que habrían que escribirse sobre la huella que don Gilberto dejo en Puerto Peñasco en el plano cultural, político, como empresario, agricultor, de amistades y familiar, que fácil podríamos quedarnos cortos con lo que se pudiera redactar.
Pero si es verdad que con un solo encuentro de charla o intercambio de saludo era fácil apreciar el don de gente y la frescura con la que don Gilberto compartía.
¿Tú tienes dos hijas y tu esposo es estadounidense, Joshua se llama no?, preguntó don Gilberto antes de la entrevista, así es, le respondí … ¿Es músico, guitarrista, si lo recuerdo? .. Asi es, es músico le asentí.
También recordamos a un músico cubano-con nacionalidad norteamericana que vino a buscar suerte en la ciudad y tras un pleito con un compañero de departamento; se fue sin un peso tratando de regresar a los Estados Unidos y en su camino se encontró a don Gilberto quien lo apoyo con un poco de efectivo para que pudiera llegar a su destino.
Y así entre anécdota y anécdota corrían los tiempos de las entrevistas.
Oscar Palacio Soto recuerda que Gilberto Castillo Montiel fue amigo de su papá don Oscar Palacio Madueño, además de recibirle la estafeta como presidente municipal (1976-1979). También lo trae a la mente como un hombre líder que defendía que las cosas se hicieran bien- “Siempre defendía que las cosas se hicieran bien y con intereses de la comunidad, con una visión de que las cosas no pueden ser en un estado de anarquía” mencionó Palacio Soto.
También le reconoce al don Castillo por ser tan tenaz en abrir la carretera Puerto Peñasco- Caborca. “Lo hizo con recursos municipales, pura terracería, habría unos 10 mil habitantes en Peñasco,” recordó Oscar Palacio.
Además de su visión empresarial como gasolinero, don Gilberto Castillo incursionó como agricultor en Sonoyta y siempre estaba viajando a la vecina ciudad para supervisar el trabajo. También fue fundador de la CANACO y del club de amigos “Barracuda” y de entre sus obras como presidente sobresale la continuidad de la Plaza del Camarón, una obra que iniciaría don Oscar Palacio Madueño.
Aunque había una brecha generacional, Oscar Palacio Soto se “acoplaba” con don Gilberto Castillo en las bohemias también donde era inevitable hablar de política y donde si diferían.
“En términos de política si diferíamos, fue una persona muy estricta con sus ideas, una visión muy particular pero insisto siempre busco el beneficio de Puerto Peñasco,” afirmó Palacio Soto.
Su amplio criterio llevó a don Gilberto a incursionar también en el arte, además de apoyar a la fundación de la Escuela de Música en Puerto Peñasco. Se le recuerda su incursión como actor en las obras de teatro que dirigía don Guillermo Munro Palacio, quien también recuerda algunas anécdotas de don Gilberto: Fue en 1978 en la obra de los Albañilles con la participación de Fernando Gonzalez Gaxiola, Alberto Haaz y Jorge Bonillas donde actuó Gilberto Castillo. “Gilberto acudía a los ensayos con entusiasmo y profesionalismo y se aprendía los diálogos, fue una gran atracción y la puesta en escena un éxito,” comenta Guillermo Munro Palacio. “Ya después Gilberto me invitó a pertenecer en el Club Rotario y para ellos dirigí Dracula,” sigue explicando.
De entre varios momentos que recuerda con don Gilberto, Guillermo Munro comparte una muy especial que vino a su mente.
“Recuerdo en una ocasión que andaba vendiendo boletos para la rifa de un pick up del año y cargaba conmigo una bolsa de esas clásicas donde uno lleva el depósito al banco y cargaba el escudo del PAN y la puse con el logo bocas abajo y me dijo: ¡Dale vuelta o, ¿qué no estás orgulloso de ser panista? Si. Le dije. Si estoy. Y me compró un boleto para el sorteo”.
Don Gilberto en su paso por tantos oficios hizo muchos amigos, algunos los conservaba hasta sus días finales. Su hijo Gilberto Castillo “Togis” recuerda que los más entrañables amigos de su padre fueron el señor Ramon Martinez (de la Estrellita) y don Hector Rivera.
En su despedida a don Gilberto le rindieron un homenaje en Palacio Municipal para recordarlo como alcalde, también lo llevaron a los patios de su gasolinera ubicada sobre el boulevard Juarez. Muchas personas cercanas, familiares, ex alcaldes, vecinos de Sonoyta acudieron a decirle adiós en su última morada.
¡¡¡Buen viaje don Gilberto!!!