La conocí relativamente hace poco, en el primer taller de escritura creativa. desde ahí podría afirmar que no se ha perdido uno solo de los cursos que últimamente se han impartido.
Ahora de pronto ha descubierto su propia linea de desahogo artístico; las velas. Como dijo Víctor Alemán en esta primera exposición, “se nota que lo aprendido en el curso de Historia de Arte te ha servido de mucho. Se ve mucha mejoría en tu trabajo”.
Había estado experimentando con ello, desde entonces. Un día cruzó Cindy, su hija, la puerta de la oficina con un vaso de vidrio que no identificaba bien que era. “Te lo manda mi mamá” me dijo ella y me entregó el vaso sin mucha ceremonia y al yo recibirlo y verlo, añadió con una sonrisa “Ya vez, por que te gusta el café y todo eso”
Era una vela con olor y forma de café capuccino, en su vaso y con espuma, incluso me pareció ver canela espolvoreada. Estaba tan bonita que nunca la he prendido, sin embargo aún así toda la oficina huele a esa vela. Lo difícil ha sido no darle una mordida en los tiempos donde los antojos atacan a deshoras.
El pasado lunes 16 el Café Puerto Viejo y el Cineclub Primera Toma, organizaron una agradable velada en donde Wendy nos presentó con orgullo sus más recientes y olorosas creaciones, donde nos explicó su proceso y el importante papel que ha tenido cada uno de los miembros de su familia apoyándola.
Después de una breve presentación e introducción Nina le preguntó ¿ Y por qué velas?.
-Pues, no sé.. porque traen luz y calor -contestó-