Deslizarse sobre una gran duna a toda velocidad, romper el viento, buscar el equilibro, sentir la libertad del desierto y la adrenalina de la pendiente son solo algunas de las sensaciones que el sandboarding puede regalarte, y eso nadie me lo contó!!!
Contacté a Emmanuel Ortega vía mensaje privado de Facebook para consultarle sobre una entrevista para que me diera por menores de esa actividad que poco es conocida, me habían dicho que él era el bueno y su respuesta fue que mejor que una entrevista viviera la experiencia para que supiera de lo que iba a hablar, me encanto la idea y nos pusimos de acuerdo.
Coincidimos que sería el jueves 10 de mayo, día de las madres!!! Que mejor forma que celebrar ese día yendo a las dunas acompañada de mis hijas y del instructor que en vez de platicarme sobre sandboarding me diría como hacerlo.
9:40 de la mañana, un poco de provisiones en un Oxxo y tomamos camino por la carretera de terracería que lleva a la ostionera, rumbo a la salida para Caborca, Emmanuel nos llevaba en su carro y adelantaba algunos detalles, Raquel, Sofia y Keimy iban expectantes y hablando como siempre.
El instructor bajó las tablas, mas grandes de lo que imaginaba y caminamos hacia la cima de la duna conocida como “de la Ostionera” desde donde se podía apreciar la inmensidad de la pendiente y el escenario desértico de frente y para atrás el estero y mas dunas, el día estaba soleado, pero los ánimos podían más que eso.
– Woooow! exclamó Sofia al asomarse a la duna – Ya queremos bajar , -yo también- siguió Raquel.
Emmanuel, contaba cómo es que hace algunos años empezó con esta aventura que lo ha llevado a conocer a otros aficionados al sandboarding así como otras dunas que no le piden nada a las de Puerto Peñasco.
– Están la duna Reina en el Golfo de Santa Clara, la mas grande de México, están las dunas de Baja California, conozco también las de Samalayuca en Chihuahua, hay mucha gente que hace esto, se hace en otras partes del mundo donde hay dunas, aquí están las de las ostioneras, las del Shuck Toak que son más difíciles para el acceso, están las de Sandy Beach también.
Aunque las tablas son para la nieve funcionan bien en la arena, con esa confianza me aventé la primera vez sentada, todo parecía fácil y suave, detrás de mí se aventaban también mis dos hijas que no pararon de hablar y gritar de ansiedad y emoción.
Llegó la hora de aventarse parada, los pies en las botas de soporte bien sujetados, voltear a la cámara para saludar y hacerse la valiente, avanzar unos cuantos brincos y saz! deslizarse sobre la arena, sin tocar nada más que el viento, la velocidad aumentaba cada vez y solo había que llegar a algún punto.
¡Qué clase de adrenalina! Desde ese momento entendí como es que se vuelven adictos a esta actividad, que fácil puede hacerse, solo es cuestión de organizarse y la sensación es inolvidable.
Ya después del tercer tiro y varias caídas y de descansar de los regresos a la cima, fue genial llegar por una docena de ostiones al limón y chile y unas tostadas de ceviche que se preparan en el Barco, a un lado de las dunas para un regreso totalmente placentero.
Este deporte extremo o actividad recreativa como gusten llamarle no tiene mayor complicaciones para realizarse, lo pueden disfrutar desde niños hasta adultos mayores, así ha funcionado y cada vez es más la gente que se interesa en vivir esta aventura, solo hay que llevarse ropa cómoda, usar bloqueador solar y una sombrilla grande para los descansos y mucha energía.
Así que no te quedes con las ganas, anímate y anima a tus amigos o familia, puedes rentar las tablas (cerca de 200 pesos cada una) o hacerte de las tuyas, es un regalo que la naturaleza de Puerto Peñasco te regala, espacios naturales como pocos en el mundo que pueden disfrutarse y eso si, cuidar de no dejar basura y llevarte todo lo que traes para que las dunas sigan intactas…
Ponte en la tabla y aviéntate, siente la adrenalina!!!