Por Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com
De pronto la sala se convierte en una chistera. En la sala que es el escenario de presentaciones de la Feria del Libro Hermosillo 2012, las evocaciones llegan. Y podemos los espectadores imaginar las locaciones que allí nos describen.
Omar de la Vara que es reportero de la fuente policiaca, viaja en la memoria y habla de cuando su tía le contaba historias, allá en Opodepe, Sonora. Su tía: la sencillez al hablar, al actuar, al vivir, recuerda Omar. Su tía: Armida de la Vara, la escritora, la maestra, incansable seductora de las palabras.
En la sala que es la Feria del Libro, los espectadores se sumergen en las evocaciones, y entonces viven esos parajes de los pueblos de Sonora, se inmiscuyen en los comentarios y pueden ver a aquellos ancianos, pueblerinos, que Armida de la Vara retrata en su obra.
En La creciente, por ejemplo, (novela escrita por Armida), están los personajes del pueblo, sus voces, sus vivencias. Esto lo retrata puntualmente Ana Bertha de la Vara, maestra en la facultad de Letras y Lingüística de la Universidad de Sonora, y también sobrina de la escritora.
En el símil de una tarde de café, los invitados a la mesa donde se celebra la obra de Armida de la Vara, encuentran sus virtudes, quien, a decir del también exponente Joaquín Robles Linares, la escritora se jactaba de ser feliz, incluso, un día declaró a un medio, en Mexicali, Baja California, que ella temía por ser tan feliz.
Joaquín hace un recorrido por la literatura de la maestra, viaja a los años en que la escritora sonorense radica en Michoacán, y pondera que no obstante su permanencia en esa tierra, siempre la identidad la hacía viajar a su pueblo, a indagar, investigar para luego escribir.
Armida celebraba, se vanagloriaba, recordó Joaquín, por su participación escritural en los libros de texto, aplaudía el espacio donde lectores cautivos se congregaban mientras su formación escolar.
Un día contó una anécdota, Armida reseñó la petición que le hiciera un niño vía una carta, en ella exponía la solicitud de la inclusión de cuentos más cortos, “porque luego no me los puedo aprender completos”, argumentaba el niño. Estos acontecimientos un encanto para la escritora.
En la sala de las palabras, ante un público atento, los familiares de Armida de la Vara recibieron de manos del escritor José Terán, un reconocimiento por la vida y obra de la maestra.
Después la escritora Gloria del Yaqui leería, como un regalo a los espectadores, unos poemas contenidos en Mis amigos los pájaros (muestra literaria), de la escritora de marras, y publicado por el Instituto Sonorense de Cultura, ejemplar que circula de manera gratuita en la Feria del Libro.