Ocurrió en el día del veterinario, una historia de perros y gatos.

Tábata Tales.

IMG_20150818_140842-630x630 Ocurrió en el día del veterinario, una historia de perros y gatos.

Muchos de ustedes ya conocen a Tábata. Llegó a la oficina el año pasado, justo el día del festejo de nuestro aniversario (26 de octubre).  Perrita rescatada y adoptada.

Desde entonces la rutina siempre ha sido más o menos igual o con variaciones de la misma; llegamos, damos unas vueltecitas a la Plaza del Camarón, pido mi fruta,  subimos a la oficina, saluda a Plinio (siempre primero), a Sami y a Daniel, a Maribel. Hace las veces de hostess, es una chamaca algo inquieta. Un primor ya después de que te ladró.

Pero ayer, en el paseo, hubo una novedad; Tábata se encontró con cuatro gatitos. Más de instinto  cazador, supuse les ladraría y les gruñiría como acostumbra hacer (que no es algo que yo aliente), pero esta vez no. Olió a uno, a medio pasto, levantó el morro y olfateó el aire y encontró a los otros tres en una esquinita. No sé cómo pero cuando menos me di cuenta, ya tenía a los cuatro juntos, oliéndolos uno a uno. En eso se acercó un perro grande, despacio, curioseando, a lo que Tábata respondió la intromisión con un ladridos, en actitud defensiva, con los gatitos atrás de ella.

Yo estaba mirando a todos lados para ver si veía a una gatita mamá, lejos pero pendiente. Nada. Algunos perros merodeando, eso sí.

Creo que vino una señora y los botó ahí- señaló un señor – La vi agacharse y luego ya había gatitos. Supongo sabía que alguien los encontraría.

Lo miré escéptica. Tábata no se había despegado de ellos.

-Vamos Tábata, a dar una vuelta- le dije, pues no habíamos ni comenzado con el recorrido. Mi plan era que hiciera pis y regresar. Pero la perra no se movió. Tiré de la correa pero puso resistencia y eso que le gusta mucho pasear por la plaza. Me veía con ojos muy grandes.

Yo quería dar chance de que apareciera la madre, pero al parecer Tábata había comprendido otra cosa. Supongo los gatitos le dijeron “no tenemos mamá” y a ella se le quebró el corazoncito. No tenía intenciones de moverse.

Suspiré y empecé a buscar una caja. Venga pues, a ver cómo le hacemos.  Con esos ojos supuse que no iba a tener problemas con ella.

El señor vino con una cajita y los coloqué ahí. Tábata los olió, olió alrededor y levantó la cara como en señal de aprobación como diciendo “sí, están todos”.

¿Has creído ver a tu perro sonreír? Como cuando le avientas la pelota, o encuentra un juguete nuevo o te ve después de un rato. Bueno, yo creí ver a Tábata sonreír cuando levanté la caja y la puse bajo el brazo.  Caminaba orgullosa rumbo a la oficina.

-A que no adivinan la aventura de hoy de Tábata- les dije a todos al cruzar la puerta- Se ha encontrado cuatro gatitos y al parecer los ha adoptado. “My rescue dog, rescues four kittens”

No sabía qué hacer. Sami y Plinio me dijeron que ahí había leche en el refri y me ayudaron a buscar un popote. Le hablé al veterinario, que me dio instrucciones y a mi amiga para que me ayudara.   Todos pendientes.

Pero Tábata parecía tener todo bajo control. No les quitaba el ojo de encima. Con un popote les di un poco de leche, en lo que iba por las jeringas y demás. Mi perra los limpiaba y limpiaba, de lengüetazo a lengüetazo los tenía a los cuatro controlados. ¿Cómo los estimulo? Bueno, ella me enseñó.  Medio comieron (el popote no es muy eficiente) y medio se quedaron dormidos.  Ella estaba atenta, con la cabeza dentro de la cajita, pendiente de cualquier ruido o movimiento. Estaban un poco inquietos y ella los lamia o les daba trompadas.

Hasta descuidó un poco sus obligaciones de hostess y ladrarle a los extraños.

Dos son muy activos, y los otros dos medio flojonazos.

No fue hasta que con la jeringa y una buena limpiada, primero por Tábata y luego  con una toallita húmeda para bebés (como me dijo el vet) para que estuvieran bien limpios y comidos, que durmieron sin hacer ruido, que mi perra se fue a su lugar a dormir. Luego se despertó y se puso más cerca.

Poco a poco vamos mejorando.

Ahorita ella está dormida, sus gatos, también. Parecen tres gatitas y un chico.

Quisiera  encontrarles un buen hogar cuando crezcan.

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