Churros Locos? Not your typical churros

Corn churros with jicama, peanuts and chaca-trozos, along with cups filled with strips of jicama and chips are the daily specialty of Gilberto Mata Bustamante, better known as “El Pelón” Mata.

At his stand, located since the 1980s on his front porch on Calle Simón Morúa (about two or three blocks down from the Guadalupe church), “Pelón Mata” prepares his recipe of “churros tontos” (silly churros), called so because they’re accompanied with jicama, chile, rielitos and chamoy, to the delight of older folk and their grandchildren.

“People who used to come, now come with their grandchildren; I’ve already had three generations of clients,” he explains.

What began at the end of the 1970s as a small grocery store, was then a miscellany shop during the period known as “el piojo” in Puerto Peñasco (a time when the bottom seemed to have drop out), transformed into the small stand run by “El Pelón.”  Originally from Puerto Peñasco, El Pelón Mata, has his wife’s help in preparing seasonings for his famous churros, which families buy and take back to cities including Phoenix, Los Angeles, and Mexico City.

With a hint of modesty, “El Pelón Mata” says people continue to come to his small business because they like the special salsa he prepares, and because he tries to offer good prices to his clients. Currently, El Pelón Mata and his wife live off the stand as their only source of income and family heritage.

Away from social networks and ads, el Pelón Mata believes the best promotion of his prepared churros is made by word of mouth, and those that have tried them always come back.

Pelón Mata’s churros locos (or churros tontos) can be found on Ave. Simon Morua (across the street from Socoada).  Open generally in the afternoons.

Los churros tontos del Pelón Mata

Por Azucena Mazón

Los churros de maíz con jícama, cacahuates y chaca-trozos  y los vasitos preparados con jícama curtida con salados son su especialidad  que diariamente prepara  Gilberto Mata Bustamante  mejor conocido como “El Pelón” Mata.

En un puestecito ubicado desde los ochentas en el porche de su casa sobre  la calle Simón Morúa  (a dos o más bien tres cuadras de la iglesia de Guadalupe)  el “Pelón Mata”  prepara su receta de los  churros tontos  llamados asi por que se acompañan de jícama, chile, rielitos y chamoy los cuales son preferidos tanto por personas de la tercera edad como por sus nietos.

“Los que venían antes  ahora  vienen con sus nietos , ya me ha tocado tres generaciones de clientes”

Lo que inicio a finales de los 70´s como un abarrotes y luego miscelánea debido a la época conocida como del piojo en Puerto Peñasco el giro del negocio cambio  y lo convirtió en un changarrito atendido por el mismo propietario oriundo de Puerto Peñasco y quien se apoya de su esposa para la preparación de los condimentos de los famosos churros que familias compran hasta para llevar a otras ciudades como Phoenix, Los Ángeles, y México DF.

Con  un dejo de modestia el Pelón Mata cuenta que la gente sigue prefiriendo venir a su pequeño negocio porque les gusta la salsa especial que prepara y porque trata de ofrecer buenos precios  a sus clientes.

Actualmente el puestecito les da para vivir a él y a su esposa  quienes tienen este negocio como  la única fuente de ingresos y de patrimonio familiar.

 Lejos de las redes sociales y de anuncios publicitarios el Pelón Mata considera  que la mejor promoción de sus churros preparados se hace de boca en boca  y los que ya los han probado siempre regresan.

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